Gatos, gatos y más gatos
Una cosa que me llamó la atención de Grecia, ya que nunca había escuchado a nadie decirlo así que ni se me había pasado por la cabeza, es la cantidad de gatos que me encontré en todos lados.
En Atenas ya el primer día veía que había muchos gatos por todos lados, y me pensé que igual sería una cosa de solo la capital, que abandonan muchos gatos... Pero luego, conforme nos fuimos moviendo a distintas ciudades de Grecia me fui dando cuenta de que no, no era una cosa de Atenas sino que de todo el país.
Sin embargo, no era algo desagradable, solo a veces cuando se te acercaban más de la cuenta cuando estabas comiendo... Quitando eso, eran muy amigables, y te puedes pasar minutos solo mirando a unas crías jugando; ¡qué graciosas son!
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